11. ¿Qué nos aportó el proyecto?

En este apartado de manera sencilla queremos expresar lo que nos ha brindado a nivel personal y profesional la experiencia y lo que a nuestros estudiantes les ha permitido avanzar a nivel oral y escrito, el afianzamiento de valores como el respeto por la palabra del otro, el trabajo colaborativo, la confianza en sí mismos y el entender que todos los seres humanos tenemos grandes capacidades, y que lo que se necesita es contar con los espacios, oportunidades y apoyo para poder desarrollarlas.Es muy importante la realización de este tipo de experiencias, ya que no sólo enriquecen nuestro quehacer como docentes, sino que además, nos permiten visualizar de una manera distinta nuestra profesión. Ver que no se necesita ir demasiado lejos para ejecutar experiencias significativas, sino que a partir de situaciones que están a nuestro alrededor, podemos implementar proyectos muy significativos para el proceso académico, social y cultural de nuestros estudiantes, además del afianzamiento de las tradiciones y costumbres de las comunidades a las cuales pertenecen. Estas experiencias permiten igualmente, implementar practicas, que conllevan a que nuestros niños y niñas sean artífices de su propia formación, ellos se sienten motivados a realizar las diferentes actividades, no lo hacen por obligación, ni bajo la amenaza de una sanción, sino porque les nace hacerlo y perciben los espacios abiertos para expresarse.

Las herramientas que nos aporta este proyecto nos han permitido, tener una visión distinta de nuestro proceso de enseñanza, ya que nos muestra nuevas formas para abordar los procesos de oralidad, lectura y escritura con los niños; hemos adoptado prácticas dentro y fuera del aula que nos permiten alejarnos un poco el esquema tradicional atendiendo a las necesidades de niños que están creciendo en un ámbito social, cultural, económico y familiar cambiante que les exige estar al tanto de diversidad de situaciones, aspecto que no se puede ni debe desconocer en la escuela. Es necesario que la escuela reconozca y vincule las dinámicas que hacen parte de la cultura, costumbres y experiencias de vida que asumen los niños en su cotidianidad como una forma de dialogo constante con las formas de vida de sus estudiantes y la vida dentro del aula.