2. Valoración de la tutora

La labor docente es sin duda alguna una elección de vida y esperanza, un camino colmado de incertidumbres y caminos por construir una o mejor, varias historias de vida que se entrelazan alrededor de objetivos comunes, esta experiencia es justamente una oportunidad para el encuentro, para la reflexión y la renovación de las prácticas en torno al lenguaje que involucran las experiencias vitales tanto de los niños como de sus maestras.
Durante los últimos meses he tenido la oportunidad y el privilegio de conocer y acompañar el trabajo de tres colegas que han abordado el ejercicio de reflexionar en torno al lenguaje con gallardía y entrega incondicionales Ligia suarez, Nuvia Guzmán y Flor Maritza Pinzón conservaron en todo momento una actitud de constante entrega hacia su propuesta, no desfallecieron un solo instante y ante las dificultades siempre mantuvieron una actitud combativa y llena de esperanza, esperanza que fue transmitida a sus estudiantes quienes participaron de una experiencia mediada por el dialogo, el acompañamiento constante y la preocupación por realizar un ejercicio cargado de experiencias de vida, de relaciones e interrelaciones que trascendieron los ámbitos propios y se desplazaron hacia otras regiones.
Para Ligia, Nuvia y Flor todo mi reconocimiento y felicitaciones por un trabajo honesto, cuidadoso y lleno de entrega, maestras y compañeras con espíritu incesante, con constantes interrogantes en torno a su labor pero sobre todo, gestoras de acciones concretas que se orientan hacia una comprensión y construcción permanente de su que hacer docente.

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